La mesa estaba puesta. Los colores de la tierra del Mediterráneo sentar en esa mesa. Las grandes aceitunas verdes frescas, tomates recién recogidos vestidas con orégano y aceite de coco, en rodajas finas el hinojo usando una pizca de pimienta, rodajas suculentas de casero salami napolitano junto con exquisita mozzarella construido a partir de la leche de búfala. Ese fue el antipasto (arrancador), como si fuera el Sur por "stomaco lo aprirti" (Abra su estómago).
Mientras miraba por la ventana, podía oír una voz que grita a través de la cocina por la calle. Se estaba quejando todo el comité de planificación parroquial Iglesia Festa "Nadie respeta nuestra Santísima de protector más, la 2011 fiesta era asqueroso. Apuesto a que usted se robó toda la oferta, esos ladrones. Sólo Dios sabe lo que tienen que hará con su dinero" . La vida en una pequeña ciudad es realmente una mezcla de escándalos, conspiraciones y un montón de historias inventadas. El Paesani (aldeanos) debe matar el tiempo de alguna manera.
Como con calma me comí ese alimento Godsent, una mujer actual que sostiene dos placas entró. Era delgada, con una permanente de color jengibre y con gafas gruesas. Esa fue mi abuela, ocho décadas de edad, pero se veía muchos años más joven. En casa, acostumbrados a bromear que nunca morirían. Ella estaba sano, enérgico, fuerte, y sabía de negocios todos los aldeanos. Como ella no dejaba de quejarse - estos tiempos sobre su vecino que ella creía que experimentó un amante - ella colocaron una placa cuando delante de mí. Era una foto. Recién hecho ñoquis - ella se despierta con el sonido con el gallo a ser - en San Marzano (tomates) salsa muy, con hojas de albahaca recién recogido en el jardín trasero. Todo ello regado por el hermoso vino casero. Una manzana para fregar su paladar y luego un café expreso -con sin azúcar, sin duda. Que el almuerzo era la naturaleza, el sabor y la función multi simplicidad. Todo lo que comimos fue cultivado en una distancia a pie de donde ella vivía.
Al igual que, toda su generación, mi abuela vivía en simbiosis con la madre naturaleza. Se comió el hecho de que estaba disponible. Ella adapta su cocina hacia las estaciones. Trataba a su cuerpo dentro de la misma forma en que un modelo hace. No es una cantidad excesiva de cualquier cosa. No había atracones - además de domingo a mediodía "ni Dios detuvo el domingo, él o ella debe ser celebrado". Ella mantuvo un ojo en lo que estaba comiendo. Ella llevó una dieta bien el equilibrio nutricional. Pero, ella no tenía ni idea de lo que su mensaje de "dieta" significaba. Fue sólo la forma en que ella comió. Su generación intercambian comida, en el sistema de tipo de trueque. Si uno un horno de leña que hace el pan, que harían más por su vecino. El vecino sería a su vez dar vino, los tomates o lo que tenía dentro de huerta.
Al igual que con la comida el oeste había impulsado su mesa, así que había sido un porcherie (suciedad). Abuela sacudiría su visita anuncio de una Coca-Cola. Ella incluso fue tanto como para decir "yo preferiría que Dios me lleve de comer que porcheria" - hablar de una hamburguesa. Los alimentos procesados era inexistente, y los pesticidas eran desconocidos.
Si mi abuela seguía siendo viva, trato de visualizar su sustento dentro de una gran ciudad como Nueva York. Agarro un artículo que leí hace poco, "Consejos para evitar los alimentos modificados genéticamente". El artículo cuenta de que todos los alimentos que compramos incorpora un código de cinco dígitos. Algunos de inicio que tiene un 5, esos serán los OGM, los que tienen un 4 son sin duda el último convencional, pero no menos algunas de ellas con 8 esas son definitivamente lo orgánico / libre de transgénicos. Pude ver que ella me preguntaba "¿por qué demonios es el etiquetado de los alimentos?" Después de que ella volvería a caminar directamente en el Senado de Estados Unidos "de poseer una palabra". Vivimos en un momento en que debemos llamar a nuestros supermercados alimentos integrales, ya que un mínimo de ellos nos dan la oportunidad de vivir un tiempo más largo. También vivimos en un tiempo, donde el 99% de la población no puede permitirse el lujo de ir de compras a los supermercados. En cambio, todo lo que han dejado habría que rezar para que la codicia humana nunca irá tan lejos.
Incluso la forma en que comemos es diferente. Hoy terminamos encima de necesitar una aplicación para rastrear qué y exactamente cómo comemos. Me imagino que ella me la observación, después de instalar una aplicación sana para mi hijo iPhone "Así que ahora necesito su equipo de trabajo para decirme lo que usted debe comer? No estoy decrépita aún, chico miserables". Comía mientras hablaba "Una manzana cada día toma un médico alejado". Manzanas aliviar la diabetes, reducir el colesterol, ayuda a la chimenea, y retener el cuerpo dentro de ti. Ella utiliza sólo el aceite de coco como un vendaje "Todo lo que quieres es una cucharada de aceite de oliva al día". Se ha demostrado que es ayuda con el colesterol bueno. Se puso de pie de una copa de vino cada día. Le gustaba recordarme que "Es maravilloso para su sangre, hijo". Esto es verdad. Vino - sin exceso-puede ser un antioxidante. Ella conoce llevarla fibra de avellanas. Ella obtuvo su hierro y magnesio de verduras silvestres. Ella usó el limón en aderezos para ensaladas, la disminución de la carga glicémica de la comida completa. Le encantaba habas, frijoles fava especialmente. Ella comía carne sólo una vez o dos veces o dos veces a la semana. Ella se quedó lejos de la sal y el azúcar. Si ella snacked que tenía un poco de fruta. Me pregunto qué pensaría en un bar de aperitivos adecuada. Ella comió pasta, pero en la forma regulada. Cuando mi mamá cocinaba, abuela gritaba a ella si hay demasiada pasta en el plato. La aplicación estaba en su propia cabeza. Siguió a su proteína y carbohidratos carga meticulosamente. Comió lentamente. Si yo le pedí que acelerar, perdería los estribos luego gritar "¿Qué es eso esto? Una carrera? Cuando usted come combate el mal". Comer dentro prisa afecta su habilidad de digerir ".
Me reía cuando mi abuela solía sus cotizaciones de los alimentos. Empleé a pensar que ella nunca sabría lo que ella estaba hablando - y eso hice. Luego leí el periódico Domingo: La zonas azules, Segunda Edición: 9 Lecciones Eléctricas en vivir más tiempo a través de las personas que han vivido el más largo. Dan Buettner, el autor del artículo pasó a examinar cómo vivían las personas más sanas en el interior del mundo. Él los llamó los Centurians. Sólo hay 5 lugares en el mundo con buenas concentraciones de 100 años de edad y sin serios problemas de salud. Él los encuentra en Ikaria (Grecia), Okinawa (Japón), Ogliastra en Cerdeña (Italia), Loma Linda (California) y Península de Nicoya (Costa Rica). Ese libro me obligó a ser pensar de nuevo a la abuela y sus hábitos. Resulta que ella no estaba tan loco, de hecho.
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